La elaboración se separa en los siguientes procesos
RECOLECCIÓN:
Comenzamos a recolectar la aceituna a principios de noviembre, antes de la total maduración del fruto, con la finalidad de conseguir una mayor calidad.
La recolección se realiza tanto a mano (“ordeño”) o con sistemas mecánicos que extrae el fruto directamente del árbol para no dañarlo.
TRANSPORTE:
El transporte de este preciado fruto se realiza a granel o en cajas de plástico con una higiene máxima y en el menor tiempo posible. Sólo así se consigue este preciado aceite.
RECEPCIÓN:
Una vez transportado el fruto a nuestra almazara, procedemos a su esmerada limpieza. Inmediatamente después comenzamos la molienda.
Es vital la agilidad en este proceso para evitar la fermentación de la aceituna.
MOLIENDA:
La molturación de los frutos consiste en triturar y romper la aceituna con el objetivo de facilitar la salida y separación del aceite que contiene.
En VEROLIVA
empleamos molinos de avanzada tecnología para obtener la pasta de aceituna en las mejores condiciones.
BATIDO:
La masa o pasta de aceituna obtenida en el molino se bate con objeto de favorecer la salida del aceite. Las gotas de aceite se van aglutinando para formar una masa oleosa más grande.
Durante el batido, la temperatura nunca sobrepasa los 30cº para evitar los procesos de oxidación del aceite y así mantener la pasta de aceituna con todos sus aromas.
CENTRIFUGADO:
En este proceso separamos por diferencia de densidad el alpeorujo, el agua y el aceite, para ello introducimos la masa en un cilindro horizontal (decánter) y lo hacemos girar a gran velocidad.
Mediante este proceso no añadimos agua del exterior, por lo tanto el volumen de la fase acuosa es casi nulo, de ahí que se conozca también como sistema ecológico.
ALMACENAMIENTO:
Para conservar inalterables las cualidades excepcionales de nuestro aceite de oliva virgen extra, lo almacenamos en depósitos de acero inoxidable, a temperaturas suaves y constantes, en oscuridad y tranquilidad.